Esta mañana los damnificados del refugio 4F de La Rinconada protestaron en contra de una concretera (otra distinta a la Chuao), ubicada en la parte de atrás del sitio en el que viven, ya que les está generando serios problemas de salud. Afirman que en el refugio ya hay personas con enfermedades respiratorias.Y piden que los saquen de allí cuanto antes, pues temen nuevas consecuencias.
Instalar una concretera cerca de una comunidad -y oponerse a ella-, no tiene que ver con una posición política o de clase social. Probablemente entre quienes viven en el refugio, hay muchas personas que simpatizan con el gobierno. Y seguro, todos son de extracción popular.Tampoco tiene que ver con oponerse a la construcción de nuevas viviendas. De lo contrario, podríamos pensar que justo los refugiados son los primeros interesados en que exista una concretera que le garantice materiales de construcción a la Misión Vivienda Venezuela.
Es un asunto de defensa de la vida, y así lo ven con claridad los refugiados que esta mañana salieron a protestar.
Es el mismo espíritu de los vecinos que han dicho NO a la concretera en Chuao, a la que llaman, atinadamente, "la concretera de la muerte".
Lamentablemente, los vecinos que viven en los alrededores de La Carlota, no pueden pedir ser trasladados a otro lugar. En este caso, la única solución posible es mudar a la concretera a otra zona -preferiblemente en las afueras de la ciudad- en la que no se afecte a otras personas.De esta manera se podrá continuar en la producción de materiales de construcción y así, mudar cuanto antes, a quienes ocupan el refugio de La Rinconada.
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