lunes, 4 de junio de 2012

La titánica tarea de colocar una pancarta









Tan bien colocadas como hoy están, las pancartas que desde los edificios de Chuao denuncian la contaminación de la concretera ConstruPatria, no reflejan el trabajo que dieron a los vecinos.
Además de lo complicado que resultó poner de acuerdo a los habitantes de los seis conjuntos residenciales (y realizar para ello reuniones en cada uno), hubo que formular consultas, recolectar fondos, averiguar presupuestos y escoger el más conveniente, elaborar diseños, escoger el tamaño más adecuado para cada pared (y decidir en qué pared irían, así como el lugar y manera desde donde se colgarían), pedir permiso a vecinos afectados por la colocación de la misma, calcular la cantidad de mecate (o ver qué tipo de cuerda soportaría el peso de la pancarta), entre otros.
El sábado creímos que ya había pasado lo más difícil. No imaginamos que montar la pancarta sería casi un deporte extremo.
Y es que colocar pancartas no es precisamente una actividad que realicemos a diario los ciudadanos de Chuao. Para casi todos, fue una primera experiencia.
Luis Badolato, de residencias Torre Blanca, lo relata muy bien "Como no pudimos acceder al foso de ventilación por dentro y había que poner la pancarta por fuera, salimos a hacer un tour de ferreterías hasta poder comprar suficiente mecate por rollos y decidimos descolgarla desde la azotea".
(de hecho todos fuimos testigos el sábado, tanto vecinos como prensa, de las peripecias de los compañeros de Torre Blanca)
Sigue Badolato: "El problema fue que la azotea está en un piso 17 y el  viento entra directamente con mucha fuerza desde el Abra de La Urbina (o como se llame hoy) y la pancarta golpeaba como la vela suelta de un velero, se enrollaba y era obvio que se rompería; por lo que lamentándolo mucho, a pesar del compromiso con los medios, tuvimos que desistir.
Hoy lunes con la ayuda de nuestro conserje que es muy habilidoso, armamos una especie de andamio en el foso de ventilacion a nivel del piso 6, tiramos unos mecates por los bloques de ventilacion hasta la planta baja, alli amarramos los mecates a la pancarta y así pudimos halarla hasta arriba, una vez en el piso 6, amarramos los ojetes de la parte superior de la pancarta con alambre a los bloques de ventilacion y luego encontramos que la altura de la pancarta era mayor que la altura del hueco de ventilacion por la parte inferior, por lo que  tuvimos que amarrarla con mecates que tiramos para abajo y fijamos en la planta baja del edificio.
¡¡¡Toda una obra de ingenieria aficionada !!! Espero que el viento no la arranque demasiado pronto."
La gente de El Trebol fue vencida por el viento, según explicó Valentina Sánchez. En El Lorenal, el sábado, problemas logísticos impidieron colocarla. Esperemos que mañana logren ambos edificios exhibir las pancartas que encargaron.
Los vecinos de Punta del Este también vivieron sus momentos de pánico. Ellos anticipadamente habían colgado la pancarta en el medio de sus dos torres, pero al desplegarla, se rompieron las cuerdas porque la fuerza del viento impactaba mucho más, sin contar con el soporte de la pared al fondo. Pero como están tan bien organizados en un dos por tres resolvieron sus problemas e inventaron colgarla desde otra parte.
En EL Portete Manuel Tortolero. Miguel Tortello y Aliana González amanecimos a las 7 de la mañana inventando cómo colocar una extensión desde la azotea hasta el piso 7 (y que finalmente logramos al enchufar varias de ellas) para poder taladrar en un pequeño muro y colocar allí un anclaje que soportara la pancarta. Pero al armar la pancarta y lanzarla al vacio, casi sale volando. Y es que no habíamos abierto agujeros en la tela para que el aire pasara. Así que jalamos de nuevo hasta elevarla de nuevo a la azotea, la picoteamos con una tijera, y aunque nuevamente casi salimos volando por los aires, logramos amarrarla abajo, para luego gracias a la ayuda de nuestra vecina del primer piso, amarrarla de sus ventanas. Pudimos domar a la bestia (casi una experiencia digna de los vaqueros de un rodeo).
La historia de Residencias Chuao también tiene sus anécdotas. Por ser éste un lugar habitado, en su mayoría, por gente de la tercera edad, aprovecharon la visita de sus hijos y nietos, e instalaron la pancarta una semana antes de lo acordado. Pero la misma venía defectuosa. Hubo que bajarla, mandarla a arreglar, y colgarla nuevamente, cuando otra vez llegó gente joven y fuerte para instalarla.
Así de titánica y difícil puede llegar a ser la experiencia de colocar una pancarta.
Lo importante es que la colaboración comunitaria puede contra toda dificultad.





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